Emoción, sentimiento y estado de
ánimo son conceptos que a menudo confundimos.
¿Es lo mismo emoción que
estado de ánimo?,
No exactamente, y la diferencia entre
estos conceptos nos lo marca el tiempo. Así la emoción tiene una duración determinada
y más corta en el tiempo que el estado de ánimo.
La emoción es una reacción subjetiva a estímulos
ambientales que van acompañados de
cambios a nivel fisiológico influidos
básicamente por el aprendizaje y la
experiencia y nos sirven para desenvolvernos ante situaciones que a su vez
modifican nuestro estado interno y nuestro modo de percibir la realidad, todo
ello se manifiesta en motivaciones, objetivos, deseos, necesidades, afectos
etc. Podríamos decir que el sentimiento es el vehículo que utiliza la emoción
para expresarse.
En este caminar por la vida van
surgiendo estados como el miedo, la alegría, la soledad, la
tristeza, la ira, la inseguridad, el confort… Se trata de emociones sencillas que se van haciendo más
complejas.
Todas estas emociones se traducen
en los gestos gráficos que son una
forma de comunicar lo que está ocurriendo en nuestro mundo interno.
Una actitud no es más que una
tendencia de nuestra manera de ser y de desenvolvernos y está en la base de nuestra conducta. Así
algunos elementos harán que tengamos un tipo de reacciones más favorables como
la simpatía y otros elementos nos abocarán a otras reacciones desfavorables
como el desagrado. En las actitudes se encuentran tres elementos que podemos
definir como: lo que pienso (cognición) lo que siento (emoción) y lo que hago
(acción).
Escribir, sería
una acción que refleja una actitud
en el papel.
Un estado de ánimo seria lo
que marca las conductas desde las que realizamos nuestras acciones. Es decir, lo
que hacemos está condicionado por nuestro estado de ánimo y modela nuestro
mundo.
Tanto
las emociones como las actitudes y los estado de ánimo están
presentes en el aquí y ahora y se
expresan en la escritura en las líneas.
Es el renglón, esta línea
horizontal, donde nos apoyamos y de la
que va surgiendo la escritura, esta línea que marca la pauta de como afrontamos
los obstáculos en nuestra vida y como llegamos a las metas que nos proponemos.
Este optimismo o pesimismo, en un momento dado, que nos hace subir o bajar.
Esas líneas que empiezan muy a la izquierda del papel van avanzando hacia la
derecha en busca de estos objetivos que culminan esas ideas iniciales, esos proyectos
con los que empezamos a idear lo que queremos hacer, hasta dónde llegar, qué
obtener.
Al ir avanzando vamos dejando la
huella de nuestra manera de caminar por el mundo, con firmeza o con tibieza, con energía o con
desaliento, con imaginación o con afectividad, priorizando las ideas, la
espiritualidad o lo más material. Todo lo vamos dejando grabado en el papel y, cuando nuestra fuerza disminuye, cuando
dudamos, van bajando las líneas y vamos cediendo terreno a los otros en nuestras
decisiones. Y cuando esto sucede, y vemos que al escribir vamos descendiendo en
las líneas, hemos de preguntarnos: ¿qué emoción me está dominando? ¿De dónde
sale este pesimismo? ¿A qué tengo miedo? ¿Qué me está afectando?
La Grafología emocional estudia esa
onda gráfica que en un momento determinado se ha alterado y considera además el
contenido del texto gráfico, efectuando el análisis de los rasgos alterados,
relacionando la palabra con su significado y aplicando, con rigor, igual que la grafología tradicional,
las leyes de interpretación grafológica.
La grafología emocional se basa en el Lapsus emocional, que se produce cuando escribimos
una palabra o una frase que nos llamó la atención y que va en contra de nuestra
manera de pensar y de sentir o que nos produce una sensación agradable. Así
estos rasgos emocionales nos muestran el aspecto afectivo, el estado de ánimo,
el sentimiento agradable o desagradable
que en determinados momentos nos provoca un shock emocional.
Cualquier shock emotivo procedente
del exterior o de nuestro interior, revela un conflicto entre la intención
consciente y el deseo inconsciente. Estos shocks emotivos los reflejamos sobre
el papel en anomalías gráficas.
LOS
LAPSUS CALAMI, se producen por la superposición de dos ideas,
la que habíamos elaborado y que actúa casi inconscientemente y la que viene a
ocupar el centro de consciencia.
El lapsus calami, en algunos
casos, lo vemos exteriorizado mediante letras reflejas que, con respecto a sus
palabras vecinas, han sufrido una alteración morfológica por una repentina y
fugaz emoción de la persona que escribe.
El Lapsus Calami, es el
equivalente escrito al Lapsus Lingue
de Sigmund Freud.
Veamos un ejemplo de escritura:
LA LETRA DE FRIDA KAHLO.
Si nos fijamos en la escritura de Frida Kahlo, en este manuscrito, observamos a través de los retoques, correcciones, desigualdades de algunas letras y palabras en relación con el resto del texto, los estados emocionales de dos tipos:
Si nos fijamos en la escritura de Frida Kahlo, en este manuscrito, observamos a través de los retoques, correcciones, desigualdades de algunas letras y palabras en relación con el resto del texto, los estados emocionales de dos tipos:
1.- LAPSUS CALAMI EMOCIONAL
,
que es una perturbación profunda e inconsciente en la continuidad de los trazos
que se manifiestan por irregularidades
como son las omisiones (de letras o signos de puntuación), los cambios de la
inclinación de las letras, los saltos de palabras, cambios en la presión,
temblores, correcciones, errores gramaticales, añadidos, puntos etc. Toda la
escritura de Frida tiene estas irregularidades, aun cuando algunas grafías como
los temblores, la organización caótica y el trazado de la letra “T” se han de
entender dentro de las circunstancias de una de las muchas operaciones de columna a la que estuvo sometida.
2.- LAPSUS CALAMI ENFÁTICO, consiste en una transformació eventual de la
escritura habitual, que equivaldría a
dar una mayor o menor sonoridad al conjunto de ciertas palabras o frases. Así
si la palabra se escribe más grande
equivaldría a mayor importancia de su significado, si se escribe en un tamaño
más pequeño, equivaldría a menos importancia.
Si miramos la palabra VOLUNTAD podemos observar un LAPSUS CALAMI
ENFÁTICO en el aumento de la palabra, que equivaldría a darle
mayor o menor sonoridad.
El
soporte escogido para esta escritura tiene mucho color, connotando una página
festiva que a primera vista sugiere un
texto alentador. En general es muy parecido al escogido en su obra artística y
que contrasta con su realidad.
En el
Lapsus que destaca en la última línea, queriendo escribir la palabra JAMAS
aparece la letra “c” en lugar de la letra “j” y convierte este jamás en CAMAS.
Aquí lo que ocurre es que hay una contradicción entre la realidad y el deseo.
Frida se encuentra en cama después de una de sus operaciones y su inconsciente
la lleva a esa cama en la que ella no desea encontrarse. Nos encontramos ante
un ejemplo de LAPSUS CALAMI EMOCIONAL.
Floren Solà
Reflejos de escritura
Floren Solà
Reflejos de escritura