La ciudad de Barcelona a lo
largo de la historia ha sido escenario de actos violentos y atroces, en sus
calles, como en tantas otras del mundo se han cometido crímenes que han
convulsionado a la ciudadanía de forma especial, muchos de ellos recogidos en crónicas
periodísticas y documentados.
Uno de los crímenes
pasionales más
conocidos es el de la calle Unión
acaecido a mediados del siglo XIX. La noticia nos llega a través de diversas
crónicas periodísticas de la ciudad. Hay
que ubicarlo en un contexto histórico muy determinado, el denominado Bienio
Progresista (1854-1856), poco antes de la
primera huelga general de la historia de España. Una Barcelona industrial donde la clase alta
disfrutaba de todo tipo de lujos y opulencias mientras que el resto de la
población vivía en condiciones paupérrimas. Una Barcelona donde las únicas
calles iluminadas eran las situadas en el centro de la ciudad o las que
confluían con el mismo, como son las calles Unión, Hospital, Sant Pau, Nou de
la Rambla y Las Ramblas.
Precisamente en la
primera de ellas residía una de esas familias de clase alta, la formada por el
señor Guillem Areny de Plandolit,
síndic de Andorra y militar de carrera retirado, con graduación de
coronel de artillería, y su esposa Dolores
Parrella de Plandolit, baronesa de Senelles, con sus cinco hijos.
Todo
empezó cuando Guillem Areny invitó a su compañero de promoción, Blas Durana a su casa quien al conocer
a la baronesa quedó prendado de ella de tal manera que a los pocos días
perdiendo las formas que imperaban en aquel momento, se insinuó a la baronesa
de forma soez y provocativa delante del mismísimo señor Areny. La reacción no
se hizo esperar y éste le invitó a abandonar su casa, hecho que no le amilanó
en su objeto de deseo puesto que en los
días sucesivos siguió hostigando a la baronesa por lo que el esposo se vió
obligado a informar del comportamiento de Durana, al que por orden del Capitán
General de Cataluña fue trasladado a un nuevo destino, concretamente a Lugo.
Durana, antes de partir hacia
Galicia, decidió hacer una última visita a la familia. La noche del 19 de junio
de 1855, cuando la baronesa transitaba por la calle Unió con dirección al
teatro del Liceu, fue atacada por Blas Durana quien le asestó 13 puñaladas, la
primera de ellas mortal. Posteriormente se entregó a los guardias asumiendo la
autoría del asesinato, quien fue condenado a morir mediante garrote vil. Sin
embargo, sabedor de la dolorosa muerte que proporcionaba el garrote vil utilizó
su condición de militar para solicitar ser fusilado, honor que no le fue
concedido por el juez argumentando que al no ser los hechos constitutivos de un
delito militar no podía beneficiarse de tal privilegio. Ante tal negativa, Blas
Durana se suicidó en su celda ingiriendo una pastilla de cianuro que se supone
le proporcionaron en una de las visitas que recibía.
A pesar de estar muerto el
juez ordenó que se cumpliera la pena impuesta
y fue
ejecutado en el garrote vil ante la mirada de
la multitud que le esperaba en la Ciudadela, sin saber que el condenado ya
había fallecido, por todo ello también
se conoce popularmente este caso como “el caso del hombre que murió dos veces”.
Autor: Ramon
Casas i Carbó (1866-1932). Título: Garrote Vil. Fecha: 1894. Se representa la ejecución del reo Aniceto
Peinador. A la izquierda se puede observar al verdugo. Localización: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Hoy en día la criminalidad sigue siendo una de las
preocupaciones de la sociedad, que cada vez más amplía sus redes a delitos de
diversa índole, no sólo los que atentan contra la integridad del ser humano si
no también delitos que merecen un gran reproche social, como son entre otros el
cohecho, los delitos fiscales y la corrupción. El paso del tiempo no parece
contribuir a que el ser humano aprenda de sus miserias y los crímenes se
sustentan en las distintas formas en que se muestra la debilidad humana como
puede ser el dinero, el poder, el despecho, la frustración y la envidia.
Si
os interesa conocer otros crímenes significativos de los últimos tiempos
acontecidos en Barcelona os invito a que leáis el artículo publicado en http://es.calameo.com/books/00067866260b2f9d21ca0.
ÁFRICA FUENTES
Reflejos de escritura