¿Y SI RECIBIÉRAMOS UNA CARTA DE LA MUERTE?
Por Africa Fuentes Garrido
Perito Calígrafo Judicial
Perito Calígrafo Judicial
La muerte es uno de los temas que más ha
preocupado y preocupa al ser humano, será por el desconocimiento de qué habrá
después, por el temor al sufrimiento que la precede en algunas ocasiones, por
el miedo a separarnos de nuestros seres queridos, hay tantas incógnitas que la
rodean que sería interminable ahondar en ellas y aún más complicado el dar una
explicación.
La muerte se nos presenta de diferentes
maneras, a veces de forma súbita, otras paulatina, abriendo el camino con la
aparición de alguna enfermedad que conduce inescrutablemente a ella, pero ¿qué
pasaría si la muerte dejase de trabajar, si dejásemos de morir, si nuestro sino
nos arrastrara a una vejez sempiterna?. ¿Qué supondría para el ser humano vivir
eternamente analizado desde diferentes puntos de vista: moral, filosófico,
pragmático, social?.
Éste es el argumento de una de las obras
del Premio Nobel de literatura José Saramago, en su novela titulada Las
intermitencias de la muerte (Alfaguara, 2005); la muerte decide
interrumpir su trabajo y tras una primera situación de exaltación y alegría
general se da paso al desconcierto y la frustración.
Uno de los pasajes más chocantes,
insólitos y geniales de la novela, es aquél en el que la muerte, se dirige al
director general de la televisión nacional, a través de una carta manuscrita,
para informar a la humanidad, de que a partir de la recepción de la misma: “se
reincorpora a su puesto de trabajo con las consecuencias que ello implica”.
La vuelta al puesto de trabajo de
cualquiera de nosotros, tras un lapso de tiempo, es algo normal y rutinario,
pero en el caso de la muerte resulta paradójico, es algo que nos negamos a
aceptar aunque sepamos a ciencia cierta que es inevitable y necesario.
Nadie quiere creer que la autora de la
misiva sea la susodicha pero todos los periódicos se hacen eco de la noticia e
incluso uno de ellos se atreve a publicar la carta. Es tal el interés que
despierta que un grafólogo realiza un estudio detallado y minucioso de dicha
carta basado en mediciones rigurosas y análisis de los rasgos de la escritura,
entre otros aspectos, el orden espacial, la dimensión, la presión, la forma, la
orientación, la cohesión y la firma. No tiene ningún desperdicio el informe del grafólogo concentrado en evidentes muestras
relacionadas con el foro criminológico que iba revelando, así como tampoco el
análisis de la firma de la muerte, realizada en minúsculas y no en mayúsculas
como algún periódico publicó por error, lo que provocó un considerable enojo
por parte de la muerte.
No creo oportuno dar más detalles de lo
que acontece en la novela, ni entrar en un análisis del estilo o de la
estructura narrativa de la misma, os invito a disfrutar de la obra de Saramago
que nos aporta lo necesario para reflexionar sobre la muerte y sobre la
sociedad actual, a través de una crítica irónica y repleta de humor que llega a
su punto más álgido mediante el curioso estudio grafológico de dicha carta.
¿El ser humano estaría capacitado para
vivir sin la presencia de la muerte?
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Biografía de José Saramago
"Nací en una familia de campesinos sin tierras, en Azinhaga, una
pequeña población situada en la provincia de Ribatejo, en el margen derecho del
río Almonda, a unos cien kilómetros al nordeste de Lisboa. Mis padres se
llamaban José de Sousa y Maria da Piedade. José de Sousa habría sido mi nombre
si el funcionario del Registro Civil, por iniciativa propia, no lo hubiese
añadido el apodo por el que mi padre era conocido en la aldea: Saramago. (Cabe
esclarecer que saramago es una planta herbácea espontánea, cuyas hojas, en
aquellos tiempos, en épocas de carencia servían como alimento en la cocina de
los pobres)"
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Manuscrito de José Saramago
Africa Fuentes
Reflejos de escritura